Los resultados, probados en ratones, muestran el potencial terapéutico de los inhibidores de la enzima PARP, una molécula clave en la reparación de los daños inducidos sobre el ADN.
La metástasis es la diseminación de células invasivas de un tumor desde el lugar donde se origina hacia otras partes del cuerpo, y es causa de la inmensa mayoría de la mortalidad relacionada con los tumores sólidos.
La enzima PARP controla si llega suficiente alimento al tumor y permite que las células tumorales se muevan, migran y colonicen órganos distantes.
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